miércoles, 23 de noviembre de 2016

Nancy Silvera con su estilo campero
Kico y Ana María (hijos de Nancy) con
Jorge Muniz- Plaza "Confraternidad" de Vergara, en
mayo del 2015












HOMENAJE A LA POETISA VERGARENSE, ALAÍDES NANCY SILVERA…..

Señoras, Señores:
Mis primeras palabras, sean de felicitaciones para el Director y demás integrantes de la Mega 98.5, con motivo de un nuevo aniversario.-
Les deseo a todos los integrantes de la misma, muchos éxitos, mucha ventura personal y larga permanencia en el mundo de las Comunicaciones.-
Esas comunicaciones, que día tras día van extendiendo sus pasos. Que permiten, que las palabras entregadas al infinito, atraviesen distintas barreras geográficas y que sean escuchadas en varios lugares del planeta.-
“Somos viajeros siderales”- vaticinaba en 1980, la poetisa vergarense Rosa Batalla Fagúndez. Y desde mi punto de vista, creo que tenía muchas razones, para considerar ese tema.-
Gracias a la magia de la comunicación, hoy, podemos decir con certeza que las fronteras del conocimiento alcanzan límites insospechables. Que tenemos al mundo mismo en el interior de nuestras casas, que gracias al avance cibernético, las distancias han sido vencidas y es una realidad tangible, la de que “somos viajeros siderales”….
Pero más allá de todo eso, también hay algo que a muchos, nos preocupa. Y en ese sentido, podemos inferir de alguna forma, que estamos anulando el nexo comunicativo con nuestro interior. Como que hemos dejado de hablar con nosotros mismos. Que olvidamos nuestras emociones, nuestros recuerdos, nuestra gente y que por sobre todas las cosas, olvidamos las tradiciones de los pueblos y dejamos de lado, el afecto y la identidad que nos distingue como seres humanos.-
Apelando a la herramienta básica que brinda la comunicación, pienso y concluyo, que no es aconsejable el postergar, ni el olvidar, ni el dejar de lado, aquel camino amplio y generoso que con tanta dedicación y esmero, forjaron y cuidaron nuestros antecesores…
Con esa convicción de manifiesto, me propongo recordar a una hija dilecta de este suelo vergarense. Que se llamó Alaídes Nancy Silvera y que nació un día 7 de mayo de 1929.-
Hija de un hogar humilde. Dio sus primeros pasos, en una casa de la calle Fortunato Jara, cerca del monte del Parao. No muy lejos de lo de Aldino Zuluaga y contigua, al rancho “de dos aguas” del “farolero” Rufino Silva.-
Desde niña, se mostró partícipe de la tradición campera. Y sutilmente, comulgó con aquel crisol de vidas, de costumbres, de sufrimientos y de desafíos diarios, que le ponía entre sus manos, aquel Vergara de otra época.-
Ese fue su mundo primigenio. Y de él, extrajo la sencillez, la humildad y la inspiración para darle forma a sus poesías.-
Nada le fue ajeno. Y así como bebió del canto de los pájaros, también supo del murmullo del agua cristalina del arroyo, de los amaneceres azulados y del rojo encendido de los crepúsculos vespertinos.-
Supo del repiqueteo de las campanas de la Iglesia, de la misa de los domingos, de la brisa de los árboles de la Plaza y de las somnolientas calles de tierra.-
Supo de las noches de “El Charco”. Donde los grillos, pellizcaban la piel del silencio. Donde los misterios se volvían leyendas. Donde la guitarra y la voz de Alquides Correa o el silbo prolongado de la flauta dulce de Nilo Bonilla, se propagaban por el aire tibio. Indicando, que había bailes “de candil” y “a vintén” en el rancho esquinero de doña Filomena Sequeira o en el rancho de fajina, del “Patita” Cándido…
Pero un día, tuvo que dejar el pago viejo. Porque se lo imponía el matrimonio y la llamaban sus propios sueños interiores…
Estudió Magisterio, sin llegar a recibirse. Abrazó la religión católica, confraternizó con las ideas preclaras del artiguismo, tuvo hijos y creció en el sentir y en el decir de la poesía criolla. Participó de la “Cruzada Gaucha” de Dalton Rosas Riolfo, escribió un libro, actuó en escenarios dentro y fuera del país…..pero siempre, retornó a Vergara…
Siempre, estuvo al lado de su gente. Y todos los años, recorría sus vecinos, sus amigos y aquellos dueños de la noche y de la bohemia, que representaban entre muchos más: Casiano Bonilla, los hermanos Lucas, “Pancho” Moreno, Rosendo Pereira, “Vierita” o “Don Capincho”, con el acordeón de “dos hileras”….
Siempre retornó a su pueblo… Y sin jactancias ni altanerías, dueña de una singular modestia, donó lápices, donó cuadernos y donó hojas, para los niños y las niñas de las Escuelas de Vergara…
Ese secreto se lo llevó a la tumba. Y uno de los pocos que lo sabía, era José Nicolás Sarasola. Su amigo del alma. Que conocía de sus logros, de sus luchas con el destino y de sus sufrimientos existenciales….
Nancy Silvera, falleció en Montevideo, donde residía, un 13 de mayo de 1975, a los 44 años de edad….
Había pedido descansar en el cementerio de Vergara. Y cumpliendo con sus palabras, el 18 de mayo de 1983, sus hijos, llegaron a este solar, trayendo la urna que contenía sus restos.-
Nos quedó y nos queda de ella, la dignidad de su trayectoria, el ejemplo de su modestia, el don de la amistad, la convicción de su fe inquebrantable, la coherencia de sus ideales y el amor irredimible por la tradiciones camperas.-
Nos quedó y nos queda de ella, el amor inconmensurable por Vergara y el orgullo latente de no negar jamás, que había nacido en esta tierra que besa el Parao.-
Como custodios de su nombre, tenemos la obligación de perpetuarlo a las nuevas generaciones. Y tenemos la suficiente tranquilidad de espíritu que a esta hora y en este día, el pueblo, su pueblo de Vergara, le brinda con la caricia del alma, su más cálido y su más sincero homenaje.-
Muchas gracias.-
Vergara, 3 de mayo del 2015

 (Leído por el autor en las instalaciones del Club Centro Pallotti, en el evento realizado por la emisora de Vergara, Mega Fm 98.5)

Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 23 de noviembre del 2016.-

Nancy Silvera en una de sus tantas presentaciones radiales, con amigos






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