jueves, 17 de noviembre de 2016

                            
LOS  PERROS  DEL "ZURDO"

Juan Adolfo Ramos Beledo, “El Zurdo”, fue un antiguo vecino de la zona de Corrales del Parao (en la Novena Sección del Departamento de Treinta y Tres).-
Nacido y criado en la aridez de ese paraje; en un tiempo y en una época donde la barbarie asolaba la campaña del Uruguay, sus abuelos paternos: Andrés Ramos y Juana Delfín, habían sido empadronados en igual sitio y en 1836, cuando en censo de Cerro Largo.-
Por el lado materno, estaba emparentado con los Vico-Torales, que hijos de una pareja bonaerense, poblaron largos años la zona, explotando campos y una pulpería y legando el nombre para un rincón del "Corrales del Parao", que hasta ahora se denomina "Paso de los Bicos".-
Los caprichos de los hombres y de la grafía de los apellidos inmortalizó el paso, como "de los Bicos", cuando la realidad del apellido muestra, que es con "Uve" y no con "Be".-
A la izquierda: "El Zurdo". A la derecha: Andrés Batista Baudean
En 1890, Ramos, contrajo matrimonio con la Sra. María Cáceres, quien fue su compañera durante toda la vida y con ella, legó una mediana cantidad de descendientes.-
Fue, para quienes lo conocieron un hombre siniestro, hosco, de mirada fría, temido por muchos, querido por muy pocos y que siempre andaba de revólver y de cuchillo en la cintura.-
Mentaban los más viejos que en 1904, había sido soldado colorado del General Basilisio Saravia (de quien era amigo personal). Y que durante la jornada aciaga de Tupambaé, fue uno de los tantos “cuchillos fáciles” de las fuerzas coloradas que igualando a sus pares de las fuerzas blancas, convirtieron el campo de batalla, en un escenario de locura, de barbarie y de terror.-
Tuvo casas y campo propio no muy lejos del "Paso de los Bicos", donde según los conocedores, aun, se pueden apreciar rastros de las habitaciones y de un galpón de paredes de piedra, que tenía. Fue contrabandista con cargueros y allá por 1910, según consta en los partes del Comisario José Germán Muiño, sostuvo un nutrido tiroteo con la Policía de Vergara y cuando la proveedora se le quedó sin balas, tiró la carabina para un costado, abandonó los caballos y los barriles con caña y se perdió de vista en una salamanca que solo él conocía y que hasta ahora existe, cerca de donde estaban sus dominios naturales.-
Por lo menos durante dos o tres días más, no hubo Dios posible que lo descubriera......
Pero este tiroteo, fue uno de los tantos, que sostuvo con la Policía. Incluso, en uno de ellos, el Comisario Muiño haciendo gala de coraje, le echó el caballo por arriba en plena balacera y a los gritos lo conminó a entregarse. “El Zurdo”, que lo conocía personalmente desde las Costas del Arroyo del Oro y que además, habían sido compañeros en la revolución de 1904, contestó deponiendo el arma:- A Usté Comesario, me le entriego…..A Usté, pero a ninguno de los milicos perros que li acompañan !!....
De ahí y hasta la Seccional Segunda (emplazada en Vergara en esa época) el malevo marchó preso, a caballo y a la par del Comisario. Quedaban unos 20 kilómetros más o menos, cortando campo. Y durante el trayecto “El Zurdo” no habló ni una palabra …
Años después, comentaba don Marcos Denis que era Guardiacivil:- Qui hombre bien duro ese. Parecía “Un Lión”, por lo melenudo y “atufao”…
Enemigo jurado de Juan Diaz (el abuelo de Dionisio) por ser el padre de Luis Ramos y por ende abuelo de Marina (la pequeña, que salvó Dionisio). Indirectamente, tuvo su cierta incidencia, en el contexto global de la tragedia, porque Juan Díaz lo veía llegar a sus ranchos a Luis y se le representaba el calco a pleno de la figura de su enemigo.-
Sin embargo, Aquiles Fernández, otro “alunao y corajudo” de la zona, que tenía un campo contiguo a lo de "El Zurdo" Ramos y que se lo había regalado Basilisio Saravia, por su participación en 1904, contó para sus parientes los Larronda-Fernández, que un día por un entredicho con unas vacas invasoras y un alambre dañado, se habían discutido con Ramos y que cuando éste, intentó sacar el cuchillo, Aquiles no le dio tiempo, y le cruzó la espalda de un "soterazo".-
En un calvario de "guacha y sotera", lo llevó hasta el caballo, lo hizo montar y después que le dio la delantera, lo alcanzó y le apareó el caballo, mientras el brazo derecho alargado por la sotera de "la guacha" caía una y otra vez, sobre el lomo de "El Zurdo".-
Lo abandonó cuando quiso. Y por las dudas, cuando frenó el montado, Aquiles Fernández, cambió el rebenque de mano y echó mano al revólver, por si Ramos volvía por la revancha.-
Pero ni miró para atrás.-
- Junagramputa….te viá sacar las bravuras…..comentaba después Aquiles Fernández….Nu es bravo nada “El Zurdo” ese, lo qu´ es ganador de tirones si le afluejan…..
Pero indudablemente, el hombre, no sería solo recordado por esas "bravatas"....
También lo recordarían los paisanos de otro tiempo, por el famoso casal de perros cimarrones que tenía y que los llamaba: "El Dotor" y "La Princesa".-
Y que los dominaba con solo pegarle un silbido largo, como el que usaban los carreros, de bueyes pachorrientos y de picana al hombro…
La gente comentaba: - Los perros que tiene son mucho más malos que él !!!....O sea, que en suma, los corajes se acumulaban. Y así lo demostró una vieja historia de fogón. Verdadera o no, pero, la escribo para que no se pierda.-
Fue una mañana de octubre, quizás de principios de 1920, en la costa de "El Corrales del Parao". Un paisano, había atado un negocio con "El Zurdo" y no tenía la plata suficiente para pagarle y se desvivía, explicando lo sucedido. Pero él, que presumía de que la palabra era un documento, no quiso ni escuchar las explicaciones del otro. Bajó la cabeza y entre un mar de cabellos, cejas y barbas blancas, sin necesidad de echar mano al cuchillo ni hacer gesto alguno, pegó el silbido largo y al acudir los perros, les ordenó:- Tropeeeeyennn carajoooo !!!!!
El otro, se vio perdido. Y solo atinó a dar la espalda y correr "a todo trapo", derecho a unos árboles cercanos, donde se subió más que ligero, en una gritería sola y resbalando las botas. Allí y por mandato del viejo, los perros le montaron guardia en el tronco del árbol, hasta cuando él, lo dispuso, como una hora o dos por lo menos.....
Cuando se le antojó, desparramó el casal de perros, mandó al otro que se bajara del árbol y todavía le sobró piola para decirle:- Andate a la puta carajo...Onde no te véia ni la sombra....Sabandija e porquería.... Qui hasta jodido sos !!!...
Después contaría en ruedas fogoneras, hablando a los bufidos y a los tirones, como era su costumbre:- Tá que lo parió ese sabandija....."El Dotor", quería subirse en lárbol, era un tigre e malo!...Ladraba que no paraba más y dejuro que hasta lagrimiaba de honestidá!!..
Gueno, tenía mucho más verguenza en la cara, que el sabandija que me quiso joder !!

Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 17 de noviembre del 2016.-   


Foto del "Zurdo" Ramos, tomada en el año 1929

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