jueves, 17 de noviembre de 2016

                              





 LA SOMBRA  DE  MARTÍN AQUINO.....

Manuel Pires ("Maneco") falleció el día 16 de febrero de 1958, en el paraje "Paso de Piriz" (9na. Sección del Departamento de Treinta y Tres- a escasos metros de la Ruta 91, que une las localidades de Vergara y Charqueada), cuando contaba con 96 años de edad.- Por lo que no es difícil cotejar, que habría nacido en el año 1862 aproximadamente y que descendía además, de familias brasileñas que originariamente, eran "PIRES".-
Se sabe sí con certeza, que casi toda su vida vivió, formó familia, crió hijos y tuvo campo propio, en el "Paso de Piriz". Aun puede verse su antigua casa, en la margen derecha dél Arroyo Parao, pintada de blanco, con un higuerón en el patio, apenas reformada, a la izquierda de la Ruta 91 y pocos metros antes de llegar a lo de Lucas Piriz.-
De consignas e ideales blancos, "Maneco" Pires, fue soldado del General Aparicio Saravia en las revoluciones de 1897 y 1904 y contaban viejos amigos suyos, que conservaba una lanza "de palometa", ubicada detrás del espaldar de la cama. Que lo había acompañado durante su azaroso itinerario de guerrero.-
Fue un vecino muy querido y muy respetado en la zona. Que sabía leer y escribir correctamente. Que recibía el periódico que le traían desde Vergara, día por medio, que tenía una hermosa chacra y además se dedicaba a plantar y a procesar tabaco, en pequeñas proporciones.-
Fue un referente de una generación que se veía desaparecer y en su casa, donde uno de sus hijos varones se suicidó y después Evaristo Martínez, que era su chacrero, también corrió con igual suerte, siempre hubo un lugar para los niños de los demás ranchos, a quienes "Maneco" adoraba como a los suyos propios y tenía juguetes de madera, para que ellos pasaran ratos agradables.-
El 11 de julio de 1927, se fundó la Escuela Nro. 51, que aunque ubicada en el paraje de mención, figuró en primer término como “Costas de Corrales del Parao”, ya que se ubicaba en una pieza de la antigua casa de don Diego Becerra.-
Sin embargo, desde mucho tiempo atrás, "Maneco" había traído desde Treinta y Tres a la Señora Natalia Moreno, le pagaba de su bolsillo y le daba alojamiento en su casa, para que en forma particular enseñara a sus hijos a leer y a escribir y a todos los demás de la zona, que así lo quisieran. Por otra parte, la Señora Moreno, la cual no era maestra titulada, laboriosamente en las horas libres, ayudaba en los quehaceres domésticos, dado que el dueño de casa había enviudado y además una de sus hijas (América Pires) había quedado ciega y por ende, para esa época y un medido rural y precario, tenía sus enormes limitaciones.-
Se cuenta, que en enero de 1911, la Señora Natalia Moreno, conjuntamente con un hija de "Maneco", fueron hasta una picada ubicada en el Parao, para abajo de las casas y antes del "Paso de Piriz", a efectos de traer agua en un barril, cinchado por un petiso.-
Fue después del mediodía y cuando se aprestaban a entrar al monte, entre un sol de fuego y chicharras que se fritaban con el calor, percibieron que el petiso, lento y desprevenido en el paso, sorpresivamente, paró las orejas, levantó el hocico y olfateó el aire, insinuando un breve relincho.- Unos pasos más adelante, estaba un paisano joven, con barba incipiente, poncho envalijado y desmontado de su caballo.- Las dos mujeres quedaron anonadadas, mientras el petiso con el barril, se detenía definitivamente.- El hombre se dio cuenta de la situación y "punteando" la prosa, casi sin inmutarse, les dijo: Guenas tardes señoras !!...A lo que ellas casi que respondieron temblorosas y entre dientes......Saquen agua tranquilas nomás !!...siguió diciendo el desconocido....Yo, no les viá`cer nada, igual las ayudo si quieren...Porque sé rispetar las mujeres y ustedes las dos, andan yevando l`agua pa las casas.....
Luego continuó con su monólogo: -Aunque no acrediten mi prosa, yo ando juyendo de la polecía....Soy matrero y ahora paré aquí pa dar una refrescada al matungo y dispués seguir con rumbo desconocido.....No tengan miedo pues, porque contra ustedes las dos no tengo nada....Sí les viá pedir un algo.....No vayan a decir po`nada el mundo a la polecía que yo ando en esta zona.....En esos momentos, Natalia logró articular palabras y entonces le preguntó al forastero: Y usted quién es señor?.....Escuchó con el frío propio del miedo, cuando recorre de arriba hacia abajo la columna vertebral y hace erizar la piel, hasta ponerla " de gallina"...Yo soy, ese tal MARTÍN AQUINO !!!.....Y hasta más verlas doñas!!!!...
Escupió un pedazo de pucho que le quedaba entre los labios, estribó tranquilamente, boleó la pierna y una vez arriba del montado, les dio la espalda esquivando maciegas y sorteando gajos de árboles, para después quebrar "a pata y tranco de caballo", el cristal transparente del arroyo Parao.-
Poco después, el horizonte pareció engullirlo.......Meses después, el Sub Comisario Gabriel Guerra Gómez, lo encontraría en los montes del Tacuarí, donde compartió un mediodía apacible, de asado y de fogón con ese forastero, que nunca le dijo como se llamaba ni que rumbo seguía. Aun así, con el tino particular de los hombres de tierra adentro "GUERRITA", circunstancialmente, dibujó en una libreta de apuntes que usaba, la marca de uno de los caballos. Después se enteraría que el animal había sido sustraído de un campo de la Tercera Sección de Treinta y Tres y que quien lo tenía en su poder era el matrero MARTIN AQUINO....Aquel paisano joven y barbudo, del asado, del fogón y de la prosa, bajo los montes legendarios del Tacuarí.-
Él que sin saberlo jamás, al menos, una vez en la vida había cruzado “El Parao”, a pocos metros del verdadero “Paso de Píriz”.-

 (Texto recopilado de la versión oral, aportada por doña Guillermina Soto de Piriz y acrecentado con datos del archivo particular del autor).-
Texto: Jorge Muniz.-

Vergara, 17 de noviembre del 2016.-

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