jueves, 17 de noviembre de 2016

                                       




  DIZ  QUE  FAÇA  GARGAREJOS !!.....

Fue un mítico personaje de la zona de San Francisco (2da. Sección de Treinta y Tres), que de alguna forma estuvo vinculado al floreciente pueblo de Vergara.-
Era brasilero de origen. Y por ende un típico "gaúcho" de los comienzos del 1900, que en un año y una fecha no precisa, llegó a la región antes mencionada, comprando campos y haciendas y poblando las heredades de mulas y de venados.-
De estatura mediana, austero en su forma de vivir, algo excéntrico, gran observador de las gentes y de los paisajes, con una larga barba que terminaba en punta, muy pronto los vecinos y las vecinas de la campaña, conocieron a don José Avelino Beledo o comúnmente "al brasilero Beledo", como dieron en llamarlo.-
Fue un hombre querido por todos sus vecinos y por todos quienes le conocieron. Porque a pesar de ser algo huraño e introvertido, era un "gaúcho" comedido y amable con todos aquellos que necesitaban de sus servicios.-
Soltero empedernido, amasó una enorme fortuna, que según cuentan "se medía" en grandes extensiones de campo (hasta los de la CIPA, en la Ruta 17) y en un montón de libras esterlinas, que las tenía escondidas al pie de una palma y envueltas en un cuero de venado.-
Además de hablar y escribir correctamente en portugués, hablaba y escribía correctamente el español. Recibía revistas y diarios de Montevideo, con temas relacionados con la pecuaria. Vendía mulas para la Intendencia de Montevideo, hacía trenzas en cerda y castraba tempranamente sus vaquillonas y luego las vendía al por mayor, obteniendo más que loables dividendos. Baquiano insuperable campo afuera. Sabía contar las haciendas con enorme precisión y en cierta liquidación de ganados que se dio en la CIPA, dejaba discurrir el "chorro" de vacunos entre el retumbo de cascos y mugidos, hacia la portera abierta y le pegaba el grito al secretario de turno: - Tarja agora....meu filho !!....Y todos sabían, que al ordenar hacer "la marca", eran 50 vacunos y no más !!!
Muchos supieron en la zona, que en sus ranchos, encima de los tirantes, tenía el féretro para ser colocado el día en que muriera, una cruz de fierro forjada por José Gurruchaga, en la herrería de Vergara y un sencillo panteón, mandado construir a una distancia considerable de las casas. Por las dudas, escribió de puño y letra en un papel (imitando un rudimentario testamento), que pedía como última voluntad y si no era molestia " que meus amigos, levem meu corpo de a pé, pra ser sepultado no panteâo".....
Fue muy amigo del padre de don Julio C. da Rosa (el escritor de Treinta y Tres) y éste, alguna vez le formuló la siguiente pregunta: - Don Beledo...y por qué sus ranchos están todos separados ??...La respuesta, no se hizo esperar: - Olha Seu da Rosa...se eles estiveram juntos, pega o fogo e queima tudo !!...(Sin dudas, era un hombre previsor)....
Se cuenta que en 1904, cuando la revolución de Aparicio, atravesó en son de guerra los campos uruguayos, Beledo, inmediatamente, contrató alambradores y ordenó que le hicieran los pickets con alambre mismo....así los revolucionarios no podían munirse de madera para hacer los fogones.-
Usaba un cuero de venado, debajo de apero del caballo "para evitar las caídas" de la cabalgadura y en sus ranchos, que eran de paja y terrón, cerca del Paso del Sauce, en la Ruta 91, tenía una espaciosa sala, donde recibía a las visitas, sentado en un cuero de mula que pendía de un tirante y cebaba en un "mate galleta", que de tan pequeño casi que quedaba oculto en la palma de la mano.-
Entre muchas historias de este amable y querido personaje, quedó impresa la "de los amores" con doña Marfisia Pires, una dama que vivía en la zona de "El Chajá" (Novena Sección de Treinta y Tres) por donde Beledo cruzaba en su carruaje, para llegar a Vergara.-
Las historias orales, coinciden en que el brasilero gustaba de esta dama, pero que por propia timidez "nunca se animó a decirle nada", aunque todo el paisanaje de la zona, conocía de sobra el suceso....
En un baile, cerca de San Francisco, doña Marfisia comenzó a bailar con quien después quedaría unida en la vida y que también descendía de familias brasileñas. Pero Beledo, estaba también en el baile y no faltó uno que se corrió hasta la pareja que danzaba y le dijo al oído al novio: - Mirá, qui anda el brasilero Beledo, ahí afuera......Y el novio, respondió sin hacerse esperar:- Vos mismo, si te animás, vas y le decís al brasilero ese: "QUE AGORA, FAÇA GARGAREJOS".... (Que ahora haga gárgaras).....
Un tiempo después, doña Marfisia en compañía de ese mismo hombre, ya convertido en esposo y con un peón que manejaba el carruaje, se dirigían hacia Charqueada, marchando a rumbo y "cortando" campos para achicar las distancias.-
Cerca de lo de Beledo, se enterraron en una "varye" y luego de trabajar arduamente, lograron sacar el carromato y como el mediodía estaba cerca, el patrón, dispuso recoger leña, asar un pedazo de cordero, comer y luego proseguir el viaje.-
A tales efectos, desprendió los caballos y mandó al peón, mientras él y la esposa, juntaban “charamuscas” para arrancar con el fuego:- Tome plata y vaya allí a aquellos ranchos que se ven, que es lo del brasilero Beledo y le compra un cordero, con eso lo asamos a las brasas......
El otro, partió al galope hacia los ranchos, mientras la pareja, se quedaba sola frente al sol del mediodía.....
Poco más tarde, retornó el peón con un cordero carneado "a los tientos" y una noticia más que llamativa: - Sabe patrón que el viejo brasilero ése...taba mirando que el carro se había enterrao...pero no me dijo nada di ayudar !!...Cuando li hablé que usté madaba comparle un cordero, me preguntó : Quem é esse homem ?..y jui yo y le dije quien era y el viejo no dijo más nada....Dispués encerró la majada, yo lo ayudé a embretar y agarró el cordero más gordo que había y el mismo lo carnió...Deixa meu filho...eu preparo o cordeiro.....y sabe que dispués, cuando me lo entregó y se lo jui a pagar con la plata que usté mi había dao, el viejo me miró y hizo como una cara e risa y me dijo: -Nâo meu amigo, leva esse bicho pra homem da carroça, que nâo tem preço que pagar.....Isso sim, diz pra ele que nâo esqueço aquilo de: -QUE AGORA FAÇA GARGAREJOS !!!!....
Indudablemente, una espina de coronilla se le había clavado en el corazón !!!

 (Escuchado a don Julio C. da Rosa y a Dalmiro Rodriguez Britos)

Texto: Jorge Muniz.-

Vergara, 17 de noviembre del 2016.-

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